

Su última película Mapa de los sonidos de Tokio, llegó con muchas expectativas, y parece que no las ha cumplido con crítica y público, aunque sí lo ha hecho con la misma directora, que dijo sentirse encantada de haber podido rodar esta película, viajar a Japón y del resultado que había conseguido.
La trama se centra en la joven Ryu, la bella actriz Rinko Kikuchi que, con una imagen de chica muy frágil, lleva una doble vida que sorprendería a más de uno. Por un lado, trabaja en una lonja de pescado, una imagen muy recurrente en las películas japonesas, y es que el mercado del pescado es de lo más importante en el país nipón. Por otro lado, se dedica a asesinar por encargo.
El señor Nagara, el veterano Takeo Nakahara llora por su hija, recientemente suicidada. El poderoso magnate le echa la culpa de ello a David, empresario español con un negocio de vinos en Tokio. Mientras Ishida, Hideo Sakaki, trabajador de la poderosa empresa del señor Nagara, contrata a Ryu para que asesine a David, ya que el mismo Ishida, amaba a Midori, la hija del señor Nagara.
La historia se irá desarrollando con Ryu y David en una relación de amor-odio seguida de cerca por un ingeniero de sonido al que le obsesionan los sonidos de Tokio, además de ser un admirador secreto de Ryu, a la que adora y venera por encima de todo, incluso de esa obsesión por los sonidos de la ciudad (de ahí el título de la película).
Con una escenografía perfecta y una espectacularidad visual muy notable, vale la pena visionar Mapa de los sonidos de Tokio, quizá no tanto por la historia, algo previsible ya desde el inicio, pero si para descubrir una ciudad que nos queda muy lejos pero vale la pena conocer un poquito más cercana.
Imagen de Flickr