- El pasado fue mejor antes de que viésemos cómo ocurrió: Es una afirmación simple pero poderosa. Muchos personajes ganan su fama y popularidad gracias a grandes historias que nunca son reveladas al ciento por ciento. Por ejemplo, Hannibal Lecter era un caníbal sin motivo aparente, y eso era lo que lo hacía tan especial. En 2007, con el estreno de “Hannibal Rising” se mostró que el personaje adoptó esa personalidad porque fue torturado durante la Segunda Guerra Mundial y obligado a comerse a su hermana muerta, arruinando una historia perfecta.
- Los personajes deben ser menos interesantes para que la historia tenga sentido: Es una regla básica. Si deciden trabajar con precuelas, no pueden tirar por la borda todo el trabajo previo porque si no se pierde el interés sobre el personaje. En “X-Men Orígenes: Wolverine”, el personaje de Sabertooth de Liev Schreiber fue impecable, pero esa calidad fue demasiado alta e hizo interesante a un personaje que no debía serlo, opacando el trabajo de Tyler Mane en “X-Men” (2000).
- Los personajes pierden gran parte de su sentido: Es uno de los errores más comunes que cometen los guionistas, ya que muchas veces traicionan la personalidad que ya poseían los protagonistas por no cuidar ciertos detalles muy relevantes.
- Se pierde el suspenso: Los espectadores ya saben cuáles van a ser los personajes que no morirán y la trama por lo general no los atrae. Entonces, ocurre que todos los que van a ver la película no juzgan la calidad de la misma, sino que ponen la mirada sobre los giros argumentales elegidos para transformar a los personajes en algo que ya es conocido. Es como que les cuentan un chiste cuando ya saben cuál es la frase de “remate” para la broma.
- Sólo existen dos buenas precuelas: Un punto que puede ser muy discutible pero igualmente válido. Una es “Indiana Jones and the Temple of Doom”, que sólo se puede detectar como precuela debido a que en el comienzo se ve una carta con fecha de 1935, cuando “Raiders of the Lost Arc” estuvo ambientada en 1936. Y la otra es “El Padrino II”, que si bien fue planteada como secuela, funciona como precuela al mostrar la historia de cómo Vito Corleone llegó al poder.