Los Oscars: origen de su nombre

5 febrero 2010 | Por jose manuel vargas

La célebre estatuilla de los Oscars no nació en un estudio de rodaje ni en las páginas de ningún guión, sino curiosamente por aburrimiento tras la reunión de un comité. Cedric Gibbons, en su silla de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, comenzó a hacer una serie de garabatos, que más tarde se convertiría en los premios de la Academia en 1926.

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Los Oscars

Tres años más tarde, su dibujo de un caballero desnudo empuñando una espada a través de un carrete de película se transformaría en una estatuilla de bronce, que se concederían en la cena de aniversario de la Academia. Ochenta años después, la imagen es prácticamente la misma, con la excepción del carrete de película en la base. Ahora vemos doce agujeros, que reflejan el número actual de sucursales de la Academia. En realidad, no se sabe a ciencia cierta porqué la estatuilla se ganó su apodo. La historia preferida por los amantes del cine es la que se relaciona con Margaret Herrick. Tras su primer día de trabajo como bibliotecario de la Academia en 1931, Herrick comentó que la estatuilla le recordaba a su tío Oscar, que era en realidad era su primo segundo, y desde entonces se le quedó el nombre. Otra de las historias curiosas dentro de los Premios Oscar fue la historia de la mítica actriz Bette Davis. Tras ganar el premio a la Mejor Actriz en 1935 por su papel en Dangerous, dijo que aceptó recibir aquella estatuilla porque la parte trasera le recordaba a la de su entonces marido, Harmon Oscar Nelson. Bette Davis confesó que más tarde la estatuilla fue conocida como Oscar tras su curiosa declaración. Aunque Bette Davis afirma que fue ella quien le dio nombre a la estatuilla en 1935, el columnista de Hollywood, Sidney Sklosky, hizo referencia a la palabra Oscar un año antes, ridiculizando a Katherine Hepburn, que había ganado el premio en 1934 por Morning Glory. En ese momento Oscar era un nombre de uso común en los vodeviles, cuando los artistas se burlaban de los directores de orquesta llamándolos Oscar. Quizás de estas tres historias, la que tiene mayor credibilidad es la de Sklosky, sobre todo por el tema de la cronología. Pero, independeintemente del origen del nombre de los Oscars, la Academia comenzó a utilizar el nombre de manera oficial en 1939. Sea Oscar o no lo sea, cualquier actor del mundo siempre está deseando hacerse una foto con este personaje. Foto Vía Rita Alvarez Tudela

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