Sinopsis: American Playboy

American Playboy es una interesante película que habla de la historia de Nikki (Ashton Kutcher), un hombre con una vida acomodada, todo un libertino que tiene una vida de lujo, que ha conseguido saltando de cama en cama.

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mariad
viernes, 4 septiembre, 2009
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Se dedica a organizar fiestas y a acostarse con gran cantidad de mujeres. Mientras, vive a cuerpo de rey en la casa que Samantha (Anne Heche), una abogada de mediana edad, tiene en Hollywood Hills.

Las cosas le van bien y no se puede quejar, pero empiezan a complicarse cuando conoce a  Heather (Margarita Levieva), una camarera que actúa como él, aunque él no lo sabe. Al encontrarse con ella, Nikki se replantea su vida: qué está haciendo y hacia dónde se dirige.

No le va a quedar otro remedio que tomar una decisión importantísima: elegir entre el amor o el dinero.

Shampoo, Desayuno con diamantes y American Gigoló, son algunas de las películas en la que se inspira American Playboy, para trazar el perfil de un personaje que se dedica a embaucar a los demás a través de su sensualidad.

Los personajes

Uno de los prinicipales personajes de esta película es la ciudad. Los Ángeles nos ofrece un contraste muy grande entre los lugares en los que se mueve Nikki en Hollywood Hills de la mano de sus amantes de lujo, donde vive a lo grande; y de los hoteles de mala muerte en los que termina cuando no tiene otro lugar al que ir.

Así, Nikki descubre todo el mundo de pesadillas que esconde la ciudad, aunque se maquille de lujo en otros lugares.

Por otra parte destacan algunos personajes como Emily (Rachel Blanchard), que siente una fuerte atracción por Nikkm pero que acaba sintiéndose engañada y utilizada por él. Harry es el mejor amigo de Nikki, que siempre tiene que acabar ayudándole cuando se queda sin ninguna mujer a la que acudir.

David Mackenzie es el director de esta cinta, que  tiene un tono irónico muy interesante, y que supone una nueva mirada al mundo del sexo, el dinero y todo lo que Hollywood tiene que ofrecer a la gente guapa. Eso sí, este estilo de vida no es gratis. A veces, el precio emocional que hay que pagar resulta muy caro.

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