

Alessandro (Stefano Accorsi) es un profesor de música italiano que reside en Estrasburgo, Francia. Vive con su hija Irina (Lisa Cipriani), de 15 años, a la que sobreprotege excesivamente desde que murió su madre, y con su hermano Crampone (Neri Marcorè), un excéntrico anarquista que se niega a someterse al sistema y pide asilo político desde que Berlusconi llegó al poder. Alessandro trata de ser un padre modelo para Irina: “No tuvo madre, al menos que tenga un padre”, dice. Su obsesión por el cuidado de su hija y el dolor por la pérdida de su mujer hacen que el profesor olvide reconstruir su vida amorosa, pero cuando Irina comienza a vivir su primer amor la vida de Alessandro cambia inesperadamente.
“Quería rodar una película que hiciera feliz al público”, dice Philippe Claudel. Tras el éxito de “Hace mucho que te quiero” (2008), galardonada con el BAFTA a la Mejor Película de Habla No Inglesa en 2009 y el premio César a la Mejor Ópera Prima en 2008, el director francés cambia radicalmente de registro con esta comedia emotiva y sensible. Se trata de una historia ligera y divertida sobre la bondad y la generosidad, personas que ayudan a los demás sin pedir nada a cambio y sobre la celebración de la vida. Aunque, según Claudel, “también contiene aspectos emocionales y serios”.


Una importante característica de la película es la combinación entre humor y drama, algo que, como explica el director, recuerda a las comedias italianas de los 60, género que ha querido homenajear en este largometraje. Además, la cinta recupera una tradición del cine francés que se está perdiendo, la de incluir actores italianos en sus películas. Que la acción se desarrolle en Estrasburgo no es una casualidad. En esta película Philippe Claudel tenía la intención de retratar a los extranjeros que viven en Francia y “mostrar que participan en la riqueza cultural de mi país”. Estrasburgo es una ciudad con habitantes de muchas nacionalidades y, además, muy poco usada en el cine francés actual, y “ofrece una espléndida colección de decorados naturales”.
“Silencio de amor” se presenta en la gran pantalla sin grandes pretensiones, estrellas del cine ni tramas complicadas. Es una historia sencilla, sentimental y divertida que trata de recuperar los valores familiares y hacer que el público se identifique con los sentimientos de los personajes.