

Realmente fue una de las sorpresas de la noche, que parecía agonizar por el tedio. Llegaba el momento de decidir cuál era el premio para la mejor película extranjera, galardón para la que partía como favorita la película alemana La Cinta Blanca. Sin embargo, no sé quién fue el primero que lanzó tal propuesta de favoritismo para los germanos.
A decir verdad, El Secreto de sus Ojos es una película grandiosa, que ya batió récords de audiencia en Argentina, con mas de dos millones y medio de espectadores. Para colmo, venía avalada por importantes premios, como en el pasado Festival de San Sebastián, y el reciente Goya a la mejor película hispanoamericana.
Desde nuestro punto de vista, estaba muy por encima de las otras candidatas, como la hispano-peruana La Teta Asustada, la francesa Un Profeta, y la israelí Ajami. Quizás se lo jugaba todo con la película alemana, pero ahí se llevó la palma el director argentino, Juan José Campanella, que, al parecer, lo ha sido casi todo en la película, desde director hasta guionista.
El Secreto de sus Ojos es una película dura, en un ambiente difícil, en medio de una Argentina oprimida por el estado. Sin embargo, a pesar de esa aparente opresión, en donde no hay sitio para la esperanza, cabe la pizca de humor que convierte a esta cinta en genial.
Los actores protagonistas, los argentinos Ricardo Darín y Soledad Villamil, convierten sus papeles en dos posturas muy reales, convirtiendo a El Secreto de Sus Ojos en la segunda película argentina que logra un Oscar, tras el conseguido en 1986 por La Historia Oficial.
Hay que decir que el propio Campanella se está ganando a pulso ser uno de los mejores directores del cine argentino, casi desaparecido para algunos, y que este empujón le viene como anillo al dedo. No en vano, en el año 2001, estuvo nominado de nuevo a la mejor película extranjera con El Hijo de la Novia.
Por tanto, al parecer la sorpresa no lo fue tanto, y los argentinos se llevaron el galardón con todos los merecimientos.
La película es preciosa, a mi me ha encantado y desde luego no me ha pillado de sorpresa el oscar tan merecido que ha ganado