

El nombre de Annie probablemente no nos diga gran cosa, ya que más bien la conocemos por ser la famosa hija de “El padre de la novia” (1991). Está claro que Steve Martin es la estrella de este remake del clásico de 1950 en la que la historia gira en torno a los preparativos de boda de Annie (Kimberly Williams) y el estrés que esto supone a su neurótico padre. La genial interpretación de Steve Martin consiguió que el público se encariñara con el personaje de Annie, quien representa la madurez y la inevitable independencia de los hijos. Su secuela “Vuelve el padre de la novia (Ahora también abuelo)”, de 1995, sigue la misma línea que la anterior, presentándonos a una Annie felizmente casada y embarazada.
Una novia atípica es el personaje de Julia Roberts en “Novia a la fuga” (1999), una peluquera llamada Maggie que siempre huye del altar a toda velocidad cuando intenta casarse. Richard Gere interpreta al periodista que decide investigar su caso y acaba sintiéndose atraído por ella. La película decepcionó a muchos que esperaban ver en ella una especie de continuación de “Pretty Woman”, ya que cuenta con los mismos protagonistas y el mismo director (Garry Marshall), pero el film nos ha regalado míticas imágenes de una Julia Roberts vestida de novia huyendo del altar de formas surrealistas.


El prototipo de novia torpe y despistada lo representa Nia Vardalos en “Mi gran boda griega” (2002), en la que, además de escribir el guión, encarna a Toula, una mujer de ascendencia griego-americana que encuentra en Ian (John Corbett) a su gran amor. Para poder casarse con él, ambos tendrán que vencer importantes diferencias culturales. La película fue nominada al premio Oscar al mejor guión original y Nia Vardalos al Globo de Oro en la categoría de mejor actriz. Además, fue la quinta película más taquillera del año en Estados Unidos.
Con Emily, de “La novia cadáver” (2005), demostramos que en el séptimo arte encontramos novias para todos los gustos. La siniestra Emily vaga por la Tierra de los Muertos desde que la asesinaran durante el intento de huida con su amante. Ansiosa por encontrar un marido, secuestra a Víctor, un joven humilde perteneciente al mundo terrenal, y le obliga a casarse con ella. La película obtuvo una buena recaudación en taquilla y fue nominada al Oscar a la mejor película de animación.


Podemos encontrar a la antítesis a este gótico personaje en la elegante Carrie Bradshow de la adaptación cinematográfica de “Sexo en Nueva York” (2008). Sarah Jessica Parker lució el que se ha convertido en uno de los vestidos de novia más famosos del cine, diseñado por encargo por Vivienne Westwood, y perteneciente a su colección Wake Up Cave Girl. El vestido se hizo tan popular que mujeres de todo el mundo quisieron comprarlo, por lo que fueron vendidas varias copias a través de net-a-porter.com. Y es que muchas mujeres sueñan con conseguir el glamour de la protagonista de la popular serie.
Las películas que tratan sobre bodas a menudo son un éxito de taquilla seguro, y las novias que las protagonizan suelen conquistar al público. Es por ello que siempre encontramos alguna cinta de este tipo en cartelera. La más reciente es “La boda de mi mejor amiga”, estrenada en España el pasado 12 de agosto, número 1 en la taquilla de Estados Unidos y alabada por la crítica. Todo esto demuestra que las novias en el cine, por muy diferentes que sean entre sí, siempre triunfan, y que nunca pasarán de moda.