

El propio director ha asegurado que la primera vez que leyó el libro, A single man, fue en la década de los 80, y fue una de esas historias que le marcaron, por la simplicidad de la historia y su desnuda sinceridad. En ese momento tenía tan solo 20 años, pero la historia no le abandonó, y hace unos tres años, retomó la novela y volvió a leerla.
Y ahora, muchos años después, era el momento ideal para convertir la historia en una película. Una historia muy espiritual, que habla de un día en la vida de un hombre que no es capaz de vislumbrar su futuro. En el fondo, habla de temas tan universales como el aislamiento que todos sentimos, la importancia de vivir y disfrutar del momento presente y de los pequeños detalles que son, en realidad, una parte fundamental de la vida.
Sinopsis de la película
Esta película está ambientada en Los Ángeles en 1962, y nos habla de la historia del británico George Falconer (Colin Firth), un profesor universitario que a sus 52 años, intenta encontrar el sentido a su vida, después de perder a Jim (Matthew Goode), el que había sido su compañero sentimental muchos años después.
George no es capaz de ver su futuro, solo se recrea en el pasado. En la cinta, lo acompañamos en un día en el que una serie de acontecimientos hacen que se plantee si su vida tiene sentido después de Jim. Charley (Julianne Moore) tiene 48 años y es su mejor amiga, y le sirve como un gran apoyo y consuelo, a la vez que también lucha con sus propias incertidumbres.
Kenny (Nicholas Hoult) es un joven estudiante que lucha por aceptar su naturaleza, y que ve en George a un espíritu afín con el que puede tener mucho en común. Sin duda, una de esas historias que nos hacen pensar.