Pero cree que es importante que alguien hable, y es el quien ha decidido plantear una serie de preguntas que se hace él, pero que cree que deberá hacerse también la sociedad.
Es precisamente con esta película con la que el director habla directamente de un tema de actualidad: el impacto que el dominio de las corporaciones ejerce en la vida diaria de los estadounidenses, algo que al final, acaba afectando a todo el mundo.
Capitalismo: una historia de amor habla, con una mezcla de humor y un cierto tono de indignación, una pregunta que, en realidad, son pocos los que se atreverían a hacer: ¿Cuál es el precio que paga Estados Unidos por el amor que tiene al capitalismo?
El sueño americano, ese amor al capitalismo que hace algunos años era algo totalmente inocente, ha cambiado y, según la perspectiva que nos muestra la película, el sueño se ha ido convirtiendo en una pesadilla.
Eso sí, una pesadilla que pagan las familias normales y corrientes, que son las que ven cómo pierden sus empleos, sus ahorros... Michael Moore habla de la vida de personas normales y corrientes, como podríamos ser cualquiera, de cómo han cambiado, mientras busca las explicaciones en otros lugares, como Washigton. Pero lo que acaba descubriendo es que cada día se pierden unos 14.000 puestos de trabajo, que hay mentiras, traición...
Pero aún con todo, Moore no se rinde y además invita al espectador a unirse a su lucha.
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