Y no solo por el reparto, ya que cuenta con muy buenos actores, entre los que están Hugo Silva o Carmelo Gómez. Es que además, tiene un argumento interesante que atrapa al espectador. En Agallas encontraremos personajes que no tienen escrúpulos, y una gran dosis de trampas y picaresca: todo lo que haga falta con tal de conseguir los propios objetivos.
Agallas nos habla de cómo, por fuertes que nos creamos, hay alguien que está por encima. Esta cinta nos habla de la historia de Sebastián, un delincuente que en cuanto sale de prisión se pone a buscar empleo y va a parar a una pequeña empresa llamada Isolina, Productos del Mar, que está en Galicia.
Pero lo que le conduce hasta allí no es su vocación, sino sus sospechas de que Regueira, el dueño, lleva algo entre manos (desde luego, muy bien tiene que ir una empresa para pagarse un Jaguar). Gracias a sus astucia y a una amistad que crea con Raúl, uno de los encargados, consigue que le contraten.
Regueira no tarda en darse cuenta de que al chico lo que le sobra son agallas, y poco a poco, se va ganando la confianza de su jefe, a la vez que cambia radicalmente de aspecto. Cuando parece que ha ascendido posiciones y que está casi en la cumbre, acabará por descubrir que solo es una pieza más en un complicado juego del que forma parte y que desconoce. Y lo que es peor, que le supera.
