

La película ha sido dirigida por Tony Goldwyn, actor y director de conocidas series como "Dexter" y "Anatomía de Grey" y de películas como "El último beso" o "Siempre a tu lado". En esta ocasión nos trae la clásica historia de superación, en la que una persona normal, en este caso una ama de casa, se convierte con mucho esfuerzo en una heroína para lograr salvar a un hermano injustamente condenado. Un drama judicial que esconde grandes valores como el amor a la familia, la búsqueda de la justicia o la capacidad de luchar por nuestras convicciones. Una historia que puede servir de ejemplo para muchas personas, y que nos recuerda a muchas otras películas como "Pena de muerte", "Cadena perpetua" o "Erin Brokovich", pero que sin embargo falla en la forma en qué se nos cuenta.
Y es que este filme no logra arrancar del todo, ya que cuenta con un ritmo lento y muy predecible, dando la sensación de que todo es predecible (incluso los momentos más dramáticas) y que casi no profundiza en los personajes. Se limita a contar una historia real, recurriendo al sensibilismo y lágrima fácil. De hecho, la falta de sobresaltos o giros en el argumento puede llegar a dar la sensación de estar viendo una película aburrida.
El elenco protagonista es la parte más destacable de la cinta, pero tampoco logran sobresalir mucho. Hilary Swank ("El núcleo", "La dalia negra", "Boys Don't Cry") y Sam Rockwell ("Los impostores", "El hijo del mal", "Inocencia rebelde") consiguen emocionar en alguna escena aislada pero al igual que al conjunto les falta el suficiente "feeling" como para enganchar con el espectador. Minnie Driver ("El indomable Will Hunting", "Hard rain", "Un marido ideal"), la amiga de Betty Anne Waters, realiza el papel más convincente y es la encargada de subir el nivel general de las actuaciones.
"Betty Anne Waters" nos cuenta la historia verdadera de una mujer que dedicó 18 años de su vida a liberar a su hermano de la cárcel. Cuando Kenneth Waters es condenado a cadena perpetua por el asesinato de una mujer en Massachusetts, su hermana, Betty Anne, empleada en una cafetería, casada y con dos hijos, decide luchar para demostrar que es inocente. Sin estudios, uno de sus mayores obstáculos será licenciarse en Derecho para poder reabrir el caso y defenderlo ella misma ante un tribunal. No será fácil, pues también significará dejar de lado su vida para centrarse en la de él. Además, la lucha promete ser larga ya que el Estado no va admitir su error tan fácilmente. El tiempo juega en su contra, pero mientras hay vida, hay esperanza.
Sensaciones contrastadas las que nos deja "Betty Anne Waters", ya que si bien nos ofrece una historia bella y con interesantes valores, a la hora de la verdad se hace pesada e insípida. Ni contar con unos intérpretes de renombre le salva de dejarnos una sensación de decepción, ya que nos esperábamos mucho más