

Cuando parecía que no íbamos a poder ver de nuevo a la banda reunida, Al Pacino engaña a uno del grupo, Reuben Tishkoff (Elliott Gould). Danny Ocean y los suyos deciden agruparse para vengar a Reuben y así poder robar el casino que regenta Willy Bank. Eso sí, es el final de la saga, así que buena oportunidad para ver al tándem Clooney-Pitt juntos.
La cinta no nos enseña nada nuevo que no tengan sus dos predecesoras. Un grupo de guapos ladrones que se las ingenian para acometer un robo de lo más brillante y espectacular. Eso sí, si la primera destacó por su innovador argumento y la segunda decepcionó por la repetición del esquema, en la tercera nos vuelven a deleitar con una gran puesta en escena fílmica, es definitiva, una magnífica despedida de la saga de Ocean.
Como colofón nos encontramos ante un gran Clooney haciendo lo que mejor sabe hacer, interpretarse a sí mismo, un destacado Brad Pitt y un poco aprovechado Matt Damon. Qué decir de Al Pacino, lo raro de este hombre es que haga algo mal. Buena película para distraerse en el cine. Eso sí, en ocasione la película adolece de una representación que bien parece hecha para el deseo de aquellos que adoran a estos guapos actores.