

El diario de Eli nos retrata un futuro no tan lejano, situado 30 años más tarde que la conocida como guerra final, una guerra que deja el mundo desolado, sin leyes, sin nada a que aferrarse, sin una civilización que intente recuperar todo aquello que había existido.
Lo poco que queda de las carreteras, están habitadas y dominadas por grupos y pandillas de matones que serían capaces de asesinar a alguien por conseguir su ropa, sus zapatos o incluso sin motivo aparente, simplemente porque la ley no existe y se puede hacer lo que a uno le venga en gana.
Pero Eli es superior a todas estas problemáticas y es capaz de sobrevivir a lo que otros ni soñarían, aferrado a la esperanza y creencia en algo superior que cree que puede hacer recuperar al mundo su fe. Como no podía ser de otra manera hay alguien que conoce ese poder que Eli transporta y se lo querrá arrebatar.
Carnegie es el enemigo, se ha autonombrado jefe de una panda de matones, ladrones y pistoleros pero con la desgracia que su hija tiene sus ojos postrados en Eli, no por el odio que le tiene su padre, sino por ese poder que Eli desprende y que le hace pensar que quizá no es su padre quien tiene razón en todo este asunto.
Dirigida por los hermanos Allen y Albert Hugues, encontramos en la sinopsis muchos puntos en común con La carretera, aunque aquella mucho más fría y lenta, aunque más impactante. En este caso, el atractivo de Denzel Washington y Mila Kunis atraerá al público ante la gran pantalla, y la veteranía de Gary Oldman, le dará a la película el punto de calidad necesario. A estrenarse el próximo 26 de marzo, se antoja como un buen estreno para las próximas carteleras.
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